
Andrés Cañizález
@infocracia
1998, como hemos señalado en otros textos, fue la comprobación de que el liderazgo tradicional en Venezuela, estaba agotado y sin respuestas ante las demandas del país. Los referentes políticos de AD y Copei lucían extraviados. Una mayoría de venezolanos le dio un voto de confianza al outsider, a quien anunciaba que vendría a poner orden.
1999, en tanto, una vez que ya era oficial el indiscutible el triunfo electoral de Hugo Chávez, fue un año de diagnósticos, propuestas y discusiones. No se trató sólo de lo que discutían y aprobaban los constituyentes, de cara a la nueva Constitución, en general el clima que vivió el país era que comenzaba una nueva etapa, un nuevo ciclo, en el que se enderezarían los entuertos del modelo 1958-1998.
Han pasado más de dos décadas y si algo queda claro es que el chavismo no sólo tuvo los recursos económicos, que los tuvo a manos llenas, y el respaldo popular, sino que además contó con diversos proyectos y planes para hacer frente a las transformaciones, que en algunos sectores sencillamente resultaban urgentes.
Profundizar la desdemocratización y la destrucción del tejido social fue una decisión política. Tomemos el caso educativo. La educación es uno de esos temas en los que existía pleno consenso entre todos los actores políticos, al menos en el discurso. Debía invertirse en educación y apuntalar un sistema educativo inclusivo y de calidad. En 1999 aquello era un claro desafío. Más de 20 años después se puede decir cabalmente que no se le dio respuesta a este desafío, que sin duda es mayúsculo, para cualquier sociedad.
Como hemos señalado, el año 1999 fue pletórico de revisiones y discusiones de fondo sobre los problemas del país y los desafíos que debían afrontarse para solventarlos. En algunos espacios, como lo era la revista SIC del Centro Gumilla, entendieron que Venezuela, con el gobierno de Hugo Chávez –iniciado el 2 de febrero de 1999-, vivía una suerte de punto de inflexión histórico: comenzaba indudablemente una nueva etapa en la vida nacional y era necesario hacer un balance de los 40 años anteriores. Cuando se vuelve sobre aquellas discusiones, salta a la vista hoy que Venezuela sigue adoleciendo problemas de fondo; y tal vez lo que es peor, algunas de esas discusiones sobre cómo afrontar los problemas centrales de nuestro país (incluyendo la educación) tienen plena vigencia para el país de hoy.
Javier Duplá tituló “Retos urgentes de la educación” un artículo de su autoría, publicado en 1999. La segunda mitad de los 1990, revisaba el autor, había sido inédita en materia educativa ya que se había convertido este tema en asunto de discusión de buena parte de la sociedad: un año antes se había realizado la Asamblea Nacional de Educación, en enero de 1998, que fue el punto de llegada de un proceso que incluyó la consulta a 60.000 personas implicadas en el tema educativo y que terminó produciendo un Compromiso Educativo Nacional.
Duplá, un jesuita experto en temas educativos, sintetizó en aquel momento 6 retos que calificaba de urgentes. El primero sin duda es de una vigencia alarmante: incorporar los excluidos al sistema. Los niños sin acceso a la educación formal y los jóvenes sin oficio constituían el principal problema que debía afrontar con urgencia el sistema educativo de Venezuela. Para Duplá, la magnitud de esa situación, convertía a éste en un desafío de toda la sociedad y no sólo en un asunto del gobierno.
El segundo reto fue planteado así: remodelar el sistema educativo de acuerdo con criterios de justicia y atención a las mayorías. El asunto no es sólo discursivo sino político y presupuestario, ya que según el autor era necesario priorizar la educación prescolar y básica, y colocarla en el top de las prioridades.
Un desafío que ha estado permanentemente en boca de expertos en educación: extender a 200 días efectivos el año escolar. Ni se alcanzó a fines de los 1990, después de todo el proceso de reflexión que hubo, ni en las más de dos décadas de la llamada Revolución Bolivariana.
Asimismo, Duplá esboza la necesidad de que haya una mayor inversión presupuestaria en educación y que además el manejo del presupuesto en educación sea transparente. Otro reto planteado, que sigue vigente: hacer atractiva la profesión docente, para que “los buenos talentos” se hagan educadores.
El quinto y el sexto desafío, según Duplá, pasaban por contar con una comunidad organizada en torno a la escuela y por la organización de los maestros y profesores para promover discusiones amplias sobre la educación y no exclusivamente para la defensa de las reivindicaciones salariales. A su juicio, plasmado en 1999, era necesario que las organizaciones del sector encabezaran las discusiones sobre la calidad educativa, por ejemplo, y entendieran cabalmente su rol en mejorar la educación en todo sentido.
Esta radiografía de Duplá a fines del siglo XX tuvo una suerte de paréntesis con el boom petrolero del cual disfrutó el chavismo en el poder y por tanto, como se suele hacer en Venezuela, con plata se trató de responder, pero sin enfocarse en la revisión a fondo para sentar unas nuevas bases. Ya con Nicolás Maduro en el gobierno, Venezuela no sólo padecía las falencias de una desdemocratización política e institucional, sino que también la crisis humanitaria parecía arroparlo todo, ya en 2016 el experto educativo Juan Maragall advertía que las carencias generalizadas de alimentos estaban haciendo mella en las escuelas.
Esto nos lleva al planteamiento central de Duplá, en 1999, si bien saludaba la aprobación de una nueva carta magna, este experto sostenía que en educación más que leyes se requerían “hombres y mujeres nuevos”, que llevaran adelante decisiones realmente innovadoras y que la educación pasase a ser –efectivamente- una prioridad no sólo para el Estado sino para el conjunto de la sociedad.
Este desafío no tuvo respuesta, lamentablemente. La destrucción del sistema educativo que ha quedado palpable en Venezuela, en medio de la pandemia por la COVID-19, tendrá repercusiones directas para poder llevar adelante una reconstrucción democrática.
Fuentes:
Duplá, Francisco Javier (1999) “Retos urgentes de la educación”. En: SIC. Vol. 62. N° 614. pp. 148-150. Caracas: Fundación Centro Gumilla.
Maragall, Juan (2016) “La crisis humanitaria en nuestras escuelas”. En: Prodavinci, texto en línea: https://historico.prodavinci.com/2016/11/10/actualidad/la-crisis-humanitaria-en-nuestras-escuelas-resultados-de-una-encuesta-por-juan-maragall/
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