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Bases para un incremento salarial sostenible en el marco de una recuperación económica

Tomada de Tal Cual

Manuel Sutherland

En el último artículo que publicamos en Polítika UCAB [i], hablamos sobre algunos de los problemas más acuciantes en relación al devenir del salario en Venezuela y a la ilusión monetaria que se ha manifestado en sesenta (60) incrementos salariales, que sólo han servido para incrementar la depauperación absoluta de los trabajadores[ii]. Al final de ese escrito hemos prometido pensar en algunas propuestas para revertir el drama salarial.

En estos momentos se está discutiendo un acuerdo nacional para fijar un nuevo salario mínimo, en ese proceso están insertos: sindicatos, gobierno nacional y federaciones empresariales. Tales negociaciones están siendo acompañadas por la OIT. Entretanto, el gobierno insiste en dar largas al asunto y en hacer llamados al sacrificio y a la resistencia, ya que el “bloqueo” impide, según ellos, mejorar un salario que se ubica como el cuarto más bajo del planeta. Desde otro horizonte, hemos insistido en la necesidad de apoyar las propuestas de aumentos salariales de las bases obreras, aunque consideramos que es imposible lograr un aumento sostenible en el tiempo, sin atender a la totalidad concreta que representa la economía nacional. Creemos que es inicuo proponer un incremento, si no se promueven profundos cambios estructurales de los fenómenos causantes de la destrucción salarial.

Tamaña situación requiere de una combinación ajustada de transformaciones de fondo a nivel político, social y económico; en conjunto con una serie de medidas de emergencia que puedan frenar el devastador avance de la crisis. Por ende, es menester conjugar sintéticamente algunas ideas que tiendan a atajar los problemas más graves de una crisis multifactorial. Veamos…

Algunas medidas de índole político o la atenuación de la crisis de gobernanza

Consideramos que es urgente la construcción de un Acuerdo Humanitario Integral. Tal pacto debe contener los aspectos políticos, sociales, económicos y laborales esenciales para salir del estancamiento actual. A través de un fructífero diálogo es indispensable empequeñecer el conflicto político y edificar un compromiso que tienda a colocar las bases programáticas de la recuperación económica-social que un incremento salarial sostenible amerita. En dicho convenio las partes deben ceder sus intereses políticos, en favor de las urgentes necesidades del país y desarrollar un plan de estabilización macroeconómica lo más participativo y consensuado posible. Creemos más en la necesidad de lograr una serie de pequeños acuerdos de índole incremental, en los que el país vaya observando avances paulatinos, que un macroacuerdo totalizante de difícil consecución.   

Severos problemas como una gestión económica desastrosa y de espaldas a la sociedad civil, una pugnacidad política intensa, las sanciones, el encaje legal más alto del mundo, la destrucción del crédito, la crisis institucional, una tenaz inseguridad, la bajísima calidad de los servicios públicos, la aniquilación de la seguridad social e infinidad de leyes que impiden el flujo de inversiones; abortarán cualquier intento de recuperación económica que sirva de base para un aumento salarial sostenible. Por ejemplo, en Venezuela el gran motor industrial es el ensamblaje de vehículos. Tal sector generaba miles de empleos bien remunerados y era una base sólida de impulso para muchas actividades conexas. En el año 2007 se llegaron a ensamblar 172 mil vehículos[iii]. En 2022 apenas se ensamblaron 75 vehículos y la importación fue de apenas 5 mil unidades[iv]. Como veremos en el gráfico a continuación, toda la cartera de créditos para la adquisición de vehículos a nivel nacional es de apenas 227 mil dólares, lo que más o menos equivale a 9 automóviles.

Figura 1: Gráfico relativo a la cartera de préstamos para adquirir vehículos en dólares de EEUU, a precios corrientes.           

Fuente: Gráfico de elaboración propia con base a la data derivada de los informes de SUDEBAN. Para el tipo de cambio se usó el tipo de cambio paralelo de la web Dólar Today (1999-2018). Del 2019 en adelante se usó la cotización del tipo de cambio que publica el BCV, relativa a las mesas de cambio interbancarias

Es imposible un incremento salarial consistente, si no hay acrecentamientos en los determinantes del mismo: la producción y la productividad. La situación caótica de quiebra estatal hace imposible un aumento de salario sostenible, sin cambios estructurales de gran calado.

Algunas propuestas de corte institucional

Toda proposición formal para construir un incremento salarial sostenible requiere de una extensiva publicación de la data institucional. Es decir, es menester conocer números relativos a la inflación, al PIB por sectores, a la balanza de pagos y a la productividad agregada. Es obligante conocer cifras detalladas del presupuesto nacional. Mientras la ilegal y grotesca censura estadística permanezca, es imposible hacer propuestas salariales detalladas por tamaña falta de información.

Es perentorio conocer la magnitud de la nómina estatal, la que incluye a empleados de institutos autónomos y a beneficiarios de las misiones. El proyecto de presupuesto público para el 2023 habla de 5,4 millones de empleados, de los cuales 4,4 millones serían militares, una cifra completamente absurda[i]. Todo lo anterior nos hace inferir que la nómina estatal está severamente inflada, o sea, llena de “fantasmas” que no van a trabajar, sino que forman parte de nóminas paralelas que sirven para el lucro de funcionarios de alto escalafón y para la movilización política proselitista. Si a ello le sumamos la emigración de 7,2 millones de personas, y la caída del 80 % del PIB, la nómina estatal luce aún más desproporcionada. La depuración exhaustiva de la burocracia y la beneficencia de índole clientelar, es esencial para plantearse la posibilidad de un aumento salarial sostenible. Acabar con esta sórdida truculencia populista, es fundamental para la reconstrucción productiva del país.

Algunas propuestas de índole económico: inflación, producción, petróleo y crecimiento

En Venezuela, según el OVF, la tasa de inflación anualizada, de febrero de 2022 a febrero de 2023, fue de: 537 %[ii] , lo cual sería la inflación más alta del mundo. El 1 de octubre de 2022, el tipo de cambio era de 8,2 Bs./$. Para el 7 de abril ya el tipo de cambio oficial ronda los 24,4 Bs./$[iii]. La política monetaria y cambiaria ha vuelto a fracasar. Por ende, una propuesta tendiente a lograr un aumento salarial sostenible debe tener en cuenta medidas drásticas de política monetaria que puedan preservar los acuerdos salariales. Lo anterior implica reformas a la ley del BCV, que impidan la monetización del déficit fiscal, es decir, volver a las normas que prohibían los préstamos del BCV, vía predilecta para la creación de dinero sin respaldo que necesariamente causa inflación y deprecia el tipo de cambio. Sin estas reformas, el gobierno pudiera pagar cualquier cantidad de bolívares, que, a la sazón, le saldría gratis emitir. El costo a pagar sería la suba exponencial de los precios: Hiperinflación.

La enorme sobrevaluación del tipo de cambio aún continúa. Se estima que el gobierno impulse nuevas ventas de divisas para evitar que el tipo de cambio suba, y así crear “represas cambiarias” que inevitablemente estallarán en enérgicas depreciaciones. Esta espiral de devaluaciones continuas destruye el poder adquisitivo que despliega el salario nominal. La continuidad de esta práctica impide a la clase trabajadora de la estabilidad económica requerida para poder cubrir sus necesidades básicas. Por todo ello, es menester impulsar reformas para impedir que el BCV tienda a sobrevaluar el tipo de cambio, vendiendo divisas por debajo del precio que la productividad que expresa la economía no petrolera. Reglas estrictas deberían frenar el desastroso rentismo petrolero, que sobrevalúa el tipo de cambio, para que una élite se apropie de la renta rápidamente, estrangulando a la producción nacional, e incentivando a la importación: economía bodegonera.

Venezuela tiene las mayores reservas petrolíferas del planeta, en total representan más del 19% del petróleo mundial. Las reservas venezolanas de petróleo, fundamentalmente extrapesado, superan los 303 mil millones de barriles[iv]. De petróleo liviano, mediano, condensado y pesado, se estiman alrededor de 65 mil millones de barriles. Venezuela también ocupa el puesto número seis en el ranking de países con mayores reservas de gas natural del mundo. Lo anterior indica que Venezuela podría solucionar parte de sus problemas económicos realizando operaciones financieras que puedan tener de respaldo a la extracción de petróleo. Fácilmente se podría vender petróleo a futuro y con ello erigir convenios de pago flexibles con nuestros acreedores. Se podría constituir un fondo de emergencia salarial para recobrar la dignidad del proceso laboral y rehacer un sistema de seguridad social integrado, elemento imprescindible para el bienestar obrero. Efectuando estimaciones moderadas, el país podría (gradualmente) vender títulos de deuda en petróleo, por el orden del 5 % de las reservas de petróleo no extrapesadas, ello daría ingresos de alrededor de 160 mil millones de dólares, lo que equivale, quizás a bastante más de tres veces el PIB actual. Para provocar tales faenas, es menester hacer cambios en la ley de hidrocarburos y generar espacios para la inversión nacional y extranjera en el área.

Es vital hacer una transformación estructural del cuerpo institucional construido en los últimos años. Ello involucra la reforma o derogación de leyes que atentan severamente contra el proceso de acumulación de capital, lo cual aleja cualquier posibilidad de ser receptores de inversiones extranjeras y nacionales, de gran calado. Casinos, bingos, restaurantes, oficinas de lujo y bodegones, no son un elemento importante en la reconstrucción de una economía, es decir, tienen un arrastre insignificante en la búsqueda de las vías para transitar al tan esquivo incremento salarial sostenible.  

Mucho se ha hablado de que la manera de “blindar” el aumento salarial sería implementar mecanismos de indexación salarial al  Índice Nacional de Precio al Consumidor, INPC, o al tipo de cambio que publica el BCV. Dicha política, en un entorno de inflación baja, es plausible. En ese caso, se harían aumentos mensuales o bimestrales, de acuerdo a la variación porcentual de alguno de los índices en cuestión. Sin embargo, en economías con altísima inflación y un vergonzoso desorden monetario, la indexación podría traer consigo a la hiperinflación. Si no se hace una reforma drástica a la ley del BCV que le impida hacer préstamos a las empresas públicas y/o crear dinero sin respaldo, cualquier aumento salarial se pagaría con este tipo de recurso financiero. Pongamos un ejemplo. Supongamos que el primero de mayo el salario es de 130 Bs., alrededor de 5 dólares, con tipo de cambio de 24 Bs./$. Si al final de dicho mes, el tipo de cambio se duplica y llega a 48 Bs./$. el estado tendría que pagar unos 260 Bs. de salario, para mantener el poder adquisitivo del salario pactado: 5 dólares, si se ha indexado el sueldo en consonancia con la variación del tipo de cambio mensual. De tal forma, el gobierno tendría que pagar 130 Bs. adicionales, el 31 de mayo en la tarde. De no haber ningún control monetario, el gobierno simplemente “encendería la maquinita” de emisiones de bolívares digitales, y pagaría el coste adicional sin inconvenientes. El asunto es que siendo ese dinero “inorgánico”, o sin respaldo alguno en la producción, entraría en el torrente circulatorio e incrementaría inmediatamente el nivel de precio y el mismo tipo de cambio; al ser una inyección extrínseca a la liquidez real, crearía una espiral hiperinflacionaria, sin dudas. Ello licuaría en instantes el aumento conseguido mediante la indexación y sumergiría al país en otra crisis dineraria.

Algunos criterios básicos de lo que debería ser un salario mínimo vital

El criterio central para la fijación del salario mínimo vital, en casi todas partes del mundo en desarrollo, está estrechamente relacionado con el costo de una canasta alimentaria familiar. Es decir, con el equivalente mensual en dinero de lo que costaría alimentar a una familia obrera de entre 4 y 5 personas. Ello, sería el importe mínimo de subsistencia, lo que no incluiría elementos sumamente valiosos para su bienestar. Tal canasta apenas incluye las calorías mínimas requeridas para que una familia obrera pueda mantenerse en pie. A partir de ello, diríase que la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) debería ser el punto mínimo del salario, por ende, el salario mínimo debería al menos cubrir dicha CAF e incrementarse de acuerdo a las variaciones porcentuales de la misma. La Federación Venezolana de Maestros, CENDAS, ha calculado la CAF en aproximadamente 486 dólares mensuales[v]. En primera instancia, ello debería ser el salario mínimo en Venezuela. Para una economía devastada como la nuestra luce imposible en el corto plazo, es decir, sin hacer cientos de cambios profundos a nivel político, jurídico y económico. Pero, apenas hasta el 2013, esa CAF era cubierta por el salario mínimo. En América Latina, casi todos los salarios la cubren, por ende, no debería ser un horizonte lejano.

Otra propuesta se basa en realizar un promedio ponderado entre una media CAF de CENDAS, un ingreso mínimo para salir de la pobreza extrema, el 90 % del salario mínimo en el sector privado y el promedio del salario mínimo de América Latina (sin incluir a Venezuela). Daría como resultado inicial 208 dólares mensuales. Ello recogería una media de cuatro indicadores relativos a la economía laboral.


Figura 2: Tabla resumen de diversas estimaciones salariales en dólares de EEUU.

           Fuente: Tabla de elaboración propia con base a la data suministrada por el CENDAS de la FVM, por el BM, por el estudio salarial del OVF y por la data disponible de los bancos centrales de América Latina.

En la situación actual, donde el BCV es reacio a cambiar su política monetaria expansiva y las malas gestiones monetarias han sido la regla, la mejor, más rápida y más sencilla manera de preservar el poder adquisitivo del salario, sería la dolarización formal de la economía. Obviamente, tamaña medida traería consigo una serie de ventajas y desventajas llamativas. Podría ser el tema de una próxima entrega.

*Manuel Sutherland es economista, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)

[i] Sutherland, Manuel. Venezuela es el cuarto salario más bajo del mundo, luego de 60 aumentos: ilusión monetaria. Revista: Politika UCAB, 04/04/2023. Disponible en: https://politikaucab.net/2023/04/04/venezuela-es-el-cuarto-salario-mas-bajo-del-mundo-luego-de-60-aumentos-ilusion-monetaria/

[ii] Ibíd.

[iii] Noticia. Solo se ensamblaron 72 vehículos en 11 meses de 2022, según Cámara Automotriz Venezolana. Por: Redacción del Diario: Tal Cual. Diciembre, 2022. Disponible en: https://talcualdigital.com/solo-se-ensamblaron-72-vehiculos-en-11-meses-de-2022-segun-camara-automotriz-venezolana/

[iv] Ibíd.

[v] Informe. Presupuesto Nacional 2023: No hay un plan para superar la crisis. Por: Transparencia Venezuela. Marzo, 2023. Disponible en: https://transparenciave.org/presupuesto-nacional-2023-no-hay-plan-para-superar-la-crisis/

[vi] Noticia. Inflación de Venezuela en febrero de 2023 se situó en 20,2%, mientras que la anualizada fue de 537,7%. Por: Observatorio Venezolano de Finanzas. Marzo, 2023. Disponible en: https://observatoriodefinanzas.com/inflacion-de-venezuela-en-febrero-de-2023-se-situo-en-202-mientras-que-la-anualizada-fue-de-5377/

[vii] Ibíd.

[viii] Noticia. Ascienden reservas probadas de petróleo y gas de Venezuela. Por: Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela. Junio, 2019. Disponible en: http://www.minpet.gob.ve/index.php/es-es/27-noticias-slider/912-ascienden-reservas-probadas-de-petroleo-y-gas-de-venezuela

[ix] Noticia. Canasta Familiar Alimentaria enero 2023. Por: CENDAS-FVM. Marzo, 2023. Disponible en: https://fvmaestros.org/cendas-fvm-canasta-familiar-alimentaria-enero-2023/#:~:text=El%20Centro%20de%20Documentaci%C3%B3n%20y,calcula%20que%20se%20necesitaron%20Bs.

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