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María Corina Machado pide ”luz a la Divina Pastora para afrontar el año más importante de nuestras vidas”

Tomada de Runrunes

Ludmila Vinogradoff

La procesión 166 de la Divina Pastora tuvo este domingo en Barquisimeto una invitada especial:  la   opositora María Corina Machado, para quien la marcha de 7,5 kilómetros con más de 2,5 millones de feligreses fue una prueba de fuego y un baño de multitudes para consolidar su popularidad de cara a las elecciones presidenciales.

Ningún otro líder político venezolano ha alcanzado tanta aceptación en la mayor manifestación mariana de Sudamérica (la primera está en México y la tercera en Fátima, Portugal). Verla caminar libremente en medio de la multitud sin chaleco antibalas, saludando y abrazando a los seguidores de la Virgen, es algo único digno de marcar en el histórico de las procesiones religiosas.

Y es que la celebración de la Pastora, que por primera vez también sale simultáneamente en Madrid, coincide este año con las presidenciales. Muchos políticos, entre ellos Delsa Solórzano, Benjamín Rausseo y el hijo Nicolás Maduro Guerra acudieron a la procesión a pedir lo suyo a la Virgen, pero ninguno fue ovacionado como la candidata presidencial unitaria de la oposición.

A la Virgen no le debería importar que los políticos aprovechen el recorrido para apropiarse de la manifestación religiosa sino que vayan y conecten con el pueblo en la calle donde pueden pulsar el mejor escrutinio de aceptación o repudio. Por ello, es la mejor prueba de fuego. Llamó la atención que esta vez la vistieron de azul celeste como el color del partido Vente Venezuela.

Y María Corina lo sabe. Los periodistas no se resistieron a preguntarle sobre la inhabilitación y otros temas políticos pendientes. Pero la candidata los toreó delicadamente respondiendo que había ido a la procesión 166 porque el año pasado estuvo ausente por la muerte de su padre. “Le ofrecí esta visita a papá”.

A la Virgen siempre le piden sanaciones, pero esta vez la mayoría de los pedidos fue por la paz y la libertad en Venezuela. María Corina se sumó al coro: «pedimos luz a la Divina Pastora para afrontar el año más importante de nuestras vidas. Pedimos fuerza espiritual. Unión y fe».

También pedimos a la Santa Madre que brinde las herramientas para «salvar el país y unificar a la familia. Hoy es momento de reflexión, cada vez que venimos es una experiencia única en lo espiritual. Pedimos mucha fuerza para poder tomar decisiones correctas”, dijo.

En medio de la procesión la candidata se encontró con el excandidato de las primarias César Pérez Vivas, a quien saludó efusivamente. “La lucha por la libertad de Venezuela es en esencia una lucha espiritual. Nos fortalecemos en los principios y valores democráticos y cristianos, que nos dan la certeza de que la justicia triunfará. Grato encuentro con María Corina en la procesión. A Dios encomendamos”, escribió en su X.

 A una cuadra de la marcha se encontraba el diputado (AN 2015) barquisimetano Guillermo Palacios que pidió a la Virgen: “lo que queremos es que repita lo que ocurrió en 1856, que acabó con el cólera. Hoy queremos que acabe con el cólera que hay en Venezuela”.

En las redes sociales abundan testimonios de devotos, Angel Rafael Lombardi Boscán dijo en su cuenta X: “hoy día de la Virgen de la Divina Pastora sólo le pediré una cosa, y no soy de los que piden milagros, pero no hay de otra: que salgamos del Manicomio Rojo que tiene destruida a nuestra muy querida Venezuela”.

En otra acera estaba Pedro González haciendo una promesa, caminando sin zapatos con un gran cartel que decía “Virgencita, Bendice a Venezuela, a mi pueblo y al mundo en paz”.

La Divina Pastora tiene fama de ser muy milagrosa, una familia de jóvenes agradece a la Virgen por sanar a su hija.  Edgar Vásquez junto a su esposa e hija cuenta que viene a la procesión 166 de la Divina Pastora para agradecer a la madre de los larenses por haber atendido a su pequeña, quién con tan solo 8 meses sufrió la enfermedad de Kawasaki. La niña estaba vestida como la virgen.

Johana Romero, oriunda de Barquisimeto y devota de la Divina Pastora, decidió acompañar a la Santísima Madre, vestida con un traje color azul celeste, similar al que luce actualmente la sagrada imagen de la Virgen.

El altar de la Divina Pastora enmarcado en cristales cumplió el largo recorrido desde su sede de la basílica de Santa Rosa, un pueblo cercano, hasta la catedral metropolitana de la ciudad de los crepúsculos. 

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