Recogiendo tempestades
Daniel Fermín Álvarez – 23 de julio de 2015
“Porque siembran vientos, recogerán tempestades”, reza el pasaje bíblico. Hoy, cuando los venezolanos vivimos la peor crisis de nuestra historia reciente, es natural que nos preguntemos cómo llegamos hasta aquí. ¿De cuáles polvos – por así decirlo – vienen estos lodos?
La situación que vivimos no es fortuita. Tampoco, a pesar del discurso oficial, obedece al subterfugio de alguna guerra económica o componenda transnacional. La conseja según la cual no es tiempo de buscar culpables escapa a un aspecto básico de la democracia moderna: el accountability, la responsabilidad y rendición de cuentas. De modo que sí, hay un responsable claro, cuando no un culpable, de la crisis nacional. Ese responsable es el gobierno.
¿De qué tempestades hablamos? Podemos nombrar, en aras del espacio y de no hacer de esta una lectura eterna, tres: la de la seguridad ciudadana, la económica y la de política exterior. En el campo de la seguridad, observamos al gobierno desplegando un nuevo operativo, llamado esta vez “Operación de Liberación del Pueblo”. ¿Liberación de qué? Del hampa y, en especial, de las mega-bandas, un fenómeno “hecho en socialismo”, cobijado en las fracasadas “zonas de paz” establecidas por el gobierno que, en realidad, son zonas de impunidad, donde las fuerzas del orden no pueden entrar y la ciudadanía está a merced del malandraje. Luego de 16 años y cientos de miles de venezolanos muertos a las manos de las delincuencia, de aseverar que “el hampa quiere cambiar”, de un discurso apologético que les llamó “bienandros”, de fotos de funcionarios del alto gobierno junto a encapuchados armados, de tolerancia (cuando no promoción) de grupos armados paramilitares, de más de 20 ministros y 11 planes de seguridad fracasados, la liberación del pueblo llega con sabor a farsa, a improvisación, a abuso, a agenda oculta y a campaña electoral…
La economía, nuestro otro gran mal, es otro de esos vientos sembrados. La política permanente de controles y confiscaciones ha derivado en la destrucción del aparato productivo nacional, de la confianza y de la calidad de vida. La empresa privada venezolana es tomada por enemiga, mientras el poder favorece a los privados de otros países. La parálisis es total y ahora, con el agua al cuello, lejos de rectificar, pareciera que la irresponsabilidad de la administración actual nos llevará a peores puertos.
La reciente ebullición del conflicto fronterizo con Guyana es el tercer caso. La ignominia de la subordinación de la política exterior venezolana a intereses extranjeros, en este caso al cubano, nos pone en una relación complicada, por decir lo menos, en nuestro derecho histórico sobre la Guayana Esequiba como tierra venezolana. Lo que comenzó como una postura tolerante de Hugo Chávez ha devenido en exploración petrolera y desafío insolente del gobierno guyanés en territorio Esequibo y más allá, que amenaza la integralidad y la soberanía de Venezuela. Tres vientos, tres tempestades…
En el marco del Proyecto Integridad Electoral Venezuela, Eugenio Martínez ofrece una nueva de coyuntura en La Baranda Electoral. En esta oportunidad, el análisis versa sobre la flexibilización de la normativa sobre paridad de género por parte del Consejo Nacional Electoral. De acuerdo al Reglamento, la paridad no se aplicará por igual a todos los postulados ni a todas las fuerzas políticas. Los invitamos a leer y difundir este trabajo para una mejor comprensión de esta importante materia.
En nuestra sección Opinión y Análisis, Carlos Romero escribe, en su columna Debate Ciudadano, el artículo “El reconocimiento del poder local en Laudato Si”. Romero analiza la Encíclica papal Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común, como documento importantísimo para el reconocimiento de lo local en la lucha contra el cambio climático, de cara a la Conferencia de París sobre el Cambio Climático, prevista para finales de año. Una lectura necesaria en los tiempos que corren.
En su columna Testigo de Época, Luis Salamanca escribe “El default social”, un preciso análisis sobre la crisis que nos agobia. El autor parte del concepto de default para considerarlo en su arista más social, popular. Luego de describir los rigores de la situación actual, Salamanca concluye con un sentido llamado a evitar, en Venezuela, una Gran Depresión.
En nuestro Espacio Plural, nos contenta recibir el aporte del profesor Víctor Mijares, quien escribe “El poder de Irán (más allá de la bomba)”. Este extraordinario artículo analiza el acuerdo del P5+1 con Irán, sus racionalidades, causas y consecuencias para la región y el mundo. Un trabajo muy completo que recomendamos a todos nuestros lectores.
Volvemos a la democracia. Insistimos en la responsabilidad, en la rendición de cuentas. El voto no es un cheque en blanco ni la pretensión de monopolizar el discurso popular es un impermeable a la crítica y al derecho a disentir. La situación precaria en la que nuestro país se encuentra hoy, amenazado en la calle, amenazada su integridad y soberanía, amenazadas las perspectivas de futuro de sus ciudadanos, tiene un responsable: el fracaso de un gobierno que sembró vientos y cuyas tempestades recogemos todos los venezolanos. Hoy, recordar cómo llegamos hasta aquí es una necesidad de cara a la búsqueda de una ruta hacia el cambio en medio del mareo que supone, casi siempre, el ambiente electoral.
Categorías:Editorial
Más de 1.5MM de Venezolanos han salido . 91 % opositores . 850M votos y el activismo político de las clases medias , altas , profesionales …..casualidad ?
Me gustaMe gusta