Carta del Director

Carta a los Estudiantes

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Caracas, 27 de Mayo de 2016

Ayer viví, con renovada esperanza, las escenas de la convocatoria que ustedes, los estudiantes universitarios, hicieron para protestar en los predios de la Universidad Central de Venezuela. Ayer, ustedes fueron fieles a la misión de su Universidad y nos llamaron nuevamente a unirnos para vencer la sombra.

Ayer reviví, gracias a ustedes, las escenas de las protestas estudiantiles que llenaron de esperanza el país durante el año 2007 y que coronaron con el primer éxito significativo para la democracia desde que Chávez llegó al poder en 1999, al derrotar la enmienda constitucional que fue el primer intento por imponer la reelección indefinida.

Ayer, Daniel Fermín, profesor de la UCAB, Editor de PolítiKa UCAB y miembro de nuestro equipo del Centro de Estudios Políticos, y un numeroso grupo de estudiantes, realizaron una protesta creativa, constructiva y no-violenta, que es un ejemplo a seguir sobre cómo deben ser las luchas de nuestros estudiantes, políticos y de toda la sociedad civil venezolana que aspire a un cambio democrático real. Ayer, Daniel se puso de pie entre un numeroso piquete de policías, amenazantes y pertrechados con equipos antimotines, y otro de estudiantes sentados en el piso para, Constitución en mano, hablarle a ambos bandos, uno frente al otro, mirándose con miedo y desconfianza muta, en disertación magistral sobre qué es la democracia, y terminar la actividad con un profesor y su alumnos estrechando sus manos con las de unos policías que, en vez de haber sido sus represores, se miraban entre ellos enmudecidos, confundidos y hasta agradecían por la oportunidad de haber podido compartir una mañana en el aula de clases de una universidad.

Ustedes, los estudiantes, son esperanza por varias razones. La primera es porque tienen las manos limpias, por ello aquel logo que se volvió común a todas las universidades representadas por las manos blancas, que fueron el signo distintivo de todos los que se movilizaron en el año 2007, y que ayer volvimos a ver en el pecho de muchos de ustedes. Segundo, porque ustedes, estudiantes, pueden ser nuestros hijos, y por nuestros hijos todos estamos dispuestos a hacer lo que sea. Tercero, Ustedes, junto a las universidades y la Iglesia, son los actores con mayor credibilidad y legitimidad del país. Cuarto, porque su condición de jóvenes, sin la contaminación de las dudas que van dejando las cicatrices de la vida, inundan su lucha, que también es nuestra lucha, de una fe que supera los obstáculos que parecen imposibles y nos inspiran a todos para sacar las banderas polvorientas y gastadas que reposan en algún rincón del armario, o del corazón, para acompañarlos en la lucha con renovadas fuerzas, pero que no tendría sentido si no se pelea por las generaciones a las que estamos obligados a dejarles un mejor país que éste que heredamos, y en el que hoy mal vivimos. Quinto, aunque no necesariamente último, ustedes son esperanza porque todos los regímenes autoritarios del mundo le temen a la juventud.

El autoritarismo es oscuridad, la juventud es luz. El autoritarismo es el pasado, la desesperanza y la muerte, la juventud es el futuro, la esperanza y la vida. Es por eso que, como sucede con las estaciones, habrá veranos, otoños e inviernos, pero las primaveras también llegarán y volveremos a ver florecer movimientos liderados por jóvenes ejemplares como Yoani Sánchez de Cuba, los de las sombrillas de Hong Kong, la Revolución Verde de Irán, los estudiantes de Myanmar, o las Manos Blancas de Venezuela, que también llegamos a ser admirados entre los movimientos que luchan por la libertad en el mundo entero. Son luchas como la que ustedes retomaron ayer, y que les que animo a no abandonar, las que hacen que las vidas de jóvenes y líderes como los de Tiananmen o los de venezolanos que fueron asesinados o siguen presos no hayan sacrificado su juventud y sus vidas en vano.

¡¡¡Viva la U, viva la U, viva la Universidad!!!

Benigno Alarcón Deza

Director

Centro de Estudios Políticos

Universidad Católica Andrés Bello

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