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El Parlamentarismo en tiempos de dictadura

Carlos Romero Mendoza

Para la Organización de Naciones Unidas [1], los Parlamentos en cada Estado tienen la responsabilidad de:

  1. Promover la coherencia entre las agendas nacionales y las internacionales.
  2. Sacar adelante leyes que hagan efectivas las obligaciones internacionales.
  3. Aprobar presupuestos que promuevan el cumplimiento de dichas obligaciones.
  4. Establecer mecanismos de rendición de cuentas respecto al cumplimiento de las promesas de contribución de los Gobiernos ante la comunidad internacional y ante sus propios ciudadanos.

Además, los Parlamentos tienen un papel fundamental en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en cada uno de los Estados miembros.

¿Puede la Asamblea Nacional en Venezuela cumplir de manera efectiva con esas responsabilidades a que hace referencia la ONU y que, es importante destacar, no son ajenas a las previstas en la Constitución venezolana?

La respuesta a esa pregunta permite valorar los desafíos que ha tenido que sortear la Asamblea Nacional vigente para mantener una labor parlamentaria en el marco de un contexto hostil, de amedrentamiento permanente por parte del Estado y de asfixia institucional.

Así como Hugo Chávez de manera sistemática fue debilitando al poder municipal, intentando imponer su modelo comunal; así mismo, Nicolás Maduro, ha venido utilizando al Tribunal Supremo de Justicia para anular la capacidad real de la Asamblea Nacional de ejercer sus atribuciones constitucionales.

Qué oportuna resulta la invitación que hace la ONU en su Resolución 72/278 del 2 de 2018 a todos los actores de la sociedad civil, a los propios parlamentos nacionales, a las organizaciones internacionales para dar a conocer y celebrar el Día Internacional del Parlamentarismo que, según el calendario de celebraciones de la ONU, se debe celebrar cada 30 de junio.

El 30 de junio de 2019 y sin olvidar, el 5 de julio de 2019, son dos fechas muy significativas, útiles como marco referencial para que la sociedad venezolana se cohesione en función de una jornada que permita elevar una voz reflexiva, solidaria y de respaldo hacia una Asamblea Nacional que no ha cedido frente al régimen y que diariamente se resiste a desconocer la voluntad popular legítimamente expresada en diciembre 2015.

Este día internacional el parlamentarismo, es oportuno para recordar que desde el año 2000, esta Asamblea Nacional 2016-2020, ha sido la única que, por votación directa, secreta y universal, ha logrado conformarse con una mayoría calificada de diputados no afectos al proyecto económico, social y político que se quiere imponer al margen de la Constitución.

En otras democracias, gobernar un Estado, sin mayoría en el Parlamento, es un escenario viable que supone grandes desafíos políticos para los respectivos actores políticos; pero en Venezuela representó un obstáculo importante para los fines políticos del régimen, que simplemente éste no estaba dispuesto a tolerar.

Con la legitimidad de origen que detenta la Asamblea Nacional y comprometida con el cumplimiento de las normas constitucionales, es el único Poder Público en funciones que no se ha reconocido a la supuesta asamblea nacional constituyente como una autoridad política, defendiendo así su autonomía funcional, su autoridad parlamentaria y la vigencia del orden constitucional.

Son muchos obstáculos han tenido que enfrentar la Asamblea Nacional desde el primer día de la instalación del Parlamento, hasta llegar a una situación en el cual su propia existencia está en riesgo.  Poco a poco el régimen ha obligado a más de 20 diputados a tomar las vías del exilio o la clandestinidad, mientras que  a otros los ha detenido arbitrariamente violentando el principio de inmunidad parlamentaria.

La celebración del Día Internacional del Parlamentarismo, encuentra en Venezuela un ejemplo dramático y rudo, de un ejercicio parlamentario que supone riesgos reales a cada uno de los diputados.

Frente a la adversidad, aún con una calificación de supuesto desacato, la Asamblea Nacional, gracias a sus diputados, no ha perdido su condición de foro natural para el debate político de los temas de interés nacional.   Lamentablemente, los diputados oficialistas, son los que han abandonado ese foro libre y plural.

Los Acuerdos que desde el 2016 han venido aprobando la Asamblea Nacional previa discusión y debate, representan la forma efectiva como los diputados electos han asumido su responsabilidad en la función parlamentaria y en representación de sus electores.

Los distintos Acuerdos, han venido dejando un valioso registro de la hoja de ruta que el régimen de Maduro ha asumido para concretar la ruptura del orden constitucional o golpe de estado continuado, como lo calificó en su momento uno de los Acuerdos de la Asamblea Nacional.

A través de esos Acuerdos, la Asamblea Nacional en el 2016 expuso los argumentos a través de los cuales alertó, denunció y declaró formalmente la ruptura del orden constitucional y democrático, a través de lo que ha calificado como un golpe de estado continuado.

Así mismo, en esos Acuerdos, la Asamblea Nacional argumentó las razones objetivas que califican el abandono de funciones por parte del entonces presidente Nicolás Maduro, quien hoy es reconocido formalmente como usurpador de las funciones presidenciales luego de no reconocerse los resultados de las elecciones presidenciales del año 2018.

Los distintos acuerdos dictados desde el 2016, también han registrado y denunciado con argumentos objetivos la violación de los derechos humanos; la violación a los principios y valores constitucionales; además, han sido los instrumentos políticos para declarar la emergencia en materia de servicios públicos, educación y salud.

Los Acuerdos demuestran que esta Asamblea Nacional ha sido coherente y constante en reconocer su responsabilidad histórica en restituir el orden constitucional y democrático en Venezuela.  SI bien ha habido errores, también hay muchos aciertos y una trayectoria que debe ser valorada en su justa medida en estos tiempos tan complejos.

El impacto del ejercicio parlamentario en Venezuela en tiempos de dictadura y en el marco del artículo 333 de la Constitución que exhorta a todos los ciudadanos, a restaurar la vigencia de la Constitución, es un tema oportuno para atender la invitación de la ONU para promover el Día Internacional del Parlamentarismo.

¿Cuál es el papel de la diáspora venezolana en esta etapa de la crisis y frente a la amenaza real que sufre la Asamblea Nacional de ser anulada políticamente?

Tal vez, es el momento para que esa diáspora que intenta organizar, apoyar y hasta representar a los venezolanos en el exterior, trabaje en el diseño de una modalidad de lobby presencial y virtual, a los fines de coadyuvar con los esfuerzos que se hacen para que desde cualquier rincón del mundo, se siga mirando a Venezuela, se busquen soluciones para abordar desde una dimensión humanitaria la migración venezolana y se contribuya en la tarea de hacer comprender mejor la compleja realidad venezolana.

Que no nos falte voz, coraje y argumentos objetivos para respaldar la Asamblea Nacional desde cualquier rincón donde estemos, tanto en Venezuela como el resto del mundo.  


[1]ONU.  Los Parlamentos y las Naciones Unidas. Recuperado el 25 de junio 2019. Online en. https://www.un.org/es/events/parliamentarismday/background.shtml

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