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Compromiso, Disciplina y Trabajo: Tres pilares de una sociedad

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Pedro González Caro

Haile Gebrselassie, hijo de un granjero y con nueve hermanos, fue pronto apodado «Neftenga» (crack) por sus cualidades mostradas en las carreras que disputaba. Con cuatro años comenzó a ir corriendo a la escuela, a unos diez kilómetros de su casa; sin embargo, su padre no empezó a creer en él hasta 1993.

Durante su carrera como atleta de pista, declaró: Una vez que tienes compromiso, es necesaria la disciplina y el trabajo duro para llegar hasta allí.

En esta frase identificamos tres elementos fundamentales, tres pilares de una sociedad,  que orientan la vida y el esfuerzo de una persona, una organización e incluso de una Nación: Compromiso, Disciplina y Trabajo.

Durante el siglo XX y principios del XXI, hemos sido testigos de acontecimientos históricos que han marcado un cambio decisivo en la situación política y social de muchas naciones, que sin lugar a dudas ni interpretaciones, han dejado una huella indeleble en la vida de los ciudadanos, por ejemplo la Revolución de los Claveles, en Portugal, el 25 de abril de 1974, para terminar con más de 50 años de dictadura, o las denominadas “Revoluciones de Colores[i]” que revirtieron procesos electorales cuestionados y fraudulentos por medio de movilizaciones populares (Georgia, noviembre de 2003; Ucrania, noviembre/diciembre de 2004; Kirguistán, marzo de 2005). En todas ellas estuvieron presentes los tres pilares antes enunciados.

Venezuela atraviesa por la peor crisis de su historia republicana. Se trata de una crisis sistémica que abarca todos los ámbitos de la realidad y afecta, con especial virulencia, a las clases sociales más vulnerables. La regresión democrática acompañada por la inculcación o inobservancia de los derechos humanos constitucionalmente establecidos, entre muchos otros factores, se ha traducido en un deterioro generalizado de lo social, político, económico y en la convivencia misma de la población. La participación ciudadana, se establece como práctica para transformar y construir nuevas realidades con la capacidad de alcanzar propósitos, interpretar intereses de la sociedad e incorporar, en las deliberaciones presentes, las necesidades de las generaciones futuras, justo ahora es cuando estos tres pilares, Compromiso, Disciplina y Trabajo, son más necesarios para los venezolanos.

El año 2022 inicia con un fenómeno social y político que podría marcar un hito en la historia política venezolana. Sin embargo, la sociedad está desarticulada desmotivada y desmovilizada, el círculo vicioso se cierra porque quienes deben motivar e impulsar a la sociedad, perdieron su confianza, porque con ofertas demagógicas desilusionaron al ciudadano hasta que perdió la fe y la esperanza en que el cambio algún día llegaría. Paradójicamente la esperanza y la fe son las herramientas que necesita el liderazgo para tener la fuerza necesaria que les permita enfrentar al opresor, y ni hablar de la estructura que resulta indispensable para que el liderazgo pueda hacer su trabajo. Los partidos políticos están cada vez más desprestigiados, los intereses personales y partidistas privan sobre los intereses de los ciudadanos, nuevamente los tres pilares aparecen, porque la esperanza y la fe se alimentan de Compromiso, Disciplina y Trabajo. Es el momento de la sociedad, es el momento del ciudadano que en forma individual y de reflexión introspectiva, contribuya a la construcción de los pilares.

Compromiso, es una obligación contraída por una persona mediante una promesa, se trata de una decisión personal, nadie supervisa su cumplimiento solo se trata de un asunto individual, no hay intermediarios, ni tampoco reclamos, solo la conciencia individual y ciudadana que impulsa y promueve una conducta para lograr un objetivo.

La Disciplina implica tener un determinado código de conducta, por lo general el término disciplina, tiene una connotación negativa, fundamentalmente, debido a la necesidad de mantener el orden, es decir, que las instrucciones de garantizarlo se lleven a cabo,  pero solo mediante el compromiso individual el orden y la disciplina serán posibles. La autodisciplina es, en cierta medida, un sustituto de la motivación, cuando utiliza la razón para determinar el mejor curso de acción que se opone a los deseos de uno. Sin embargo, la autodisciplina puede originar dos tipos de comportamientos:

Comportamiento virtuoso: las motivaciones están alineadas con los objetivos: hacer lo que uno sabe que es mejor y hacerlo con mucho gusto.

Comportamiento contingente, por el contrario, es cuando uno hace lo que sabe que es lo mejor, pero debe hacerlo oponiéndose a las motivaciones propias.

El tercer pilar es el Trabajo, como trabajo denominamos al conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta. Gracias al trabajo el ser humano comienza a conquistar su propio espacio, contribuye a la construcción de la sociedad de equidad y justicia, y logra el respeto y la consideración de los demás, lo cual también contribuye a su autoestima, satisfacción personal y al crecimiento y consolidación como ciudadano.

La Democracia arrebatada por la fuerza a una nación en la figura de escasez, inflación, desconfianza institucional, violación de derechos, entre otras cosas, se convierte en cierto sentido en una invocación, más aún, en un clamor al “espíritu” de la nación  que exige al ciudadano de hoy, retome el profundo y trascendental significado de palabras como Compromiso, Disciplina y Trabajo.

Se desprende entonces, que cada ciudadano, en su hogar, su familia, su comunidad,  debe construir y fortalecer los pilares del Compromiso, Disciplina y Trabajo, desarrollar y contribuir con acciones orientadas hacia la defensa de la “Venezolanidad” comprendida como  “todo aquello que ha permitido al venezolano ser”; que en esencia es la garantía de la supervivencia de la Nación, y la posibilidad cierta de seguir siendo venezolanos.

Es indispensable que cada ciudadano, sostenido por los pilares de compromiso, disciplina y trabajo, orientado por valores de Justicia, Integridad, y Libertad asuma el desafío y la convicción de defender nuestra herencia y recuperar la democracia.


 

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