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La nueva ola populista en América Latina

Libre pensador-Universidad Externado de Colombia

José Guédez Yépez

Presidente de la Asociación Causa Democrática Iberoamericana

Ya antes de la pandemia el estudio de opinión pública Latinobarómetro reflejaba un dato aterrador: la mitad de los latinoamericanos no consideran que la democracia es el mejor sistema posible. Siendo así, no es de extrañar que a partir de la crisis ocasionada por la COVID, la tendencia sea apostar por proyectos populistas, e incluso antisistemas, como se ha evidenciado recientemente en Chile, Perú y Colombia. Si no se valora la democracia como sistema, entonces es normal que no importe ponerla en riesgo a cambio de procurar un cambio favorable a intereses particulares. Y ese es el error, creer que no se tiene nada que perder.

La advertencia de Nicaragua y Venezuela parece haberse diluido, mientras que Cuba sigue siendo ese pecado original no purgado que nos impide entrar al paraíso democrático. Porque ese es otro problema, si no entendemos qué es la democracia, mal podemos valorarla y defenderla. La democracia es lo que había en Venezuela antes de Chávez y lo que hay en Colombia hasta ahora. Es lo que permitió que AMLO, Castillo y Boric llegaran a la presidencia de sus países. En ningún caso se trató de una revolución heroica, sino de la natural alternancia democrática que le permite a los pueblos cambiar. ¿Mantendrán ellos vigente ese derecho de sus pueblos a cambiar, o seguirán el ejemplo de Maduro, Ortega, Evo y Díaz-Canel?

La legitimidad de estos mandatarios es idéntica a las de sus predecesores y deben someterse a las mismas reglas de juego, incluyendo el límite del período de su mandato. Esto es clave, porque la anterior camada populista logró justamente romper los límites constitucionales para perpetuarse en el poder, convirtiéndose en tiranos absolutistas. Está por verse si estos herederos lo intentan y, de ser así, si lo logran. Esperemos que no. La alternancia en el poder y el límite constitucional a la reelección, es en la práctica el último refugio de la democracia en América Latina, es la verdadera frontera con la dictadura. Ese es el dilema en México y lo es ahora en Colombia, países donde no existe la reelección. Si AMLO y Petro se van cuando les toca, las democracias de esos países habrán sobrevivido. Ya veremos.

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