Editorial

Editorial N°57: Pobreza: 16 años después

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Pobreza: 16 años después

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Daniel Fermín Álvarez / 19 de marzo de 2015

La pobreza ha sido la principal bandera del proyecto político que está en el poder desde hace dieciséis años.  La superación de la pobreza, la lucha contra la exclusión, el amor a los pobres, la apelación permanente por la lucha de clases, la imposición de valores nuevos de hombres y mujeres, también nuevos, llamados a asumir la pobreza con gallardía, bajo el entendido de que “ser rico es malo”.

En 1999, Hugo Chávez asumió la presidencia de un país con 45% de pobreza, de acuerdo a cifras oficiales.  Su gobierno fue protagonista del impulso de programas sociales llamados Misiones y de un boom petrolero sin precedentes que lo perfilaron como el de mayores ingresos en la historia.  Además de cuantiosos recursos económicos, esa administración contó con un control político e institucional casi absoluto que le permitió gobernar sin concesiones y adelantar sus programas y proyectos sin mayores obstáculos.

Dieciséis años después, ya no hay 45% de pobreza.  Ahora, según cifras oficiales, y pese a un cambio en la manera de medir la pobreza, los pobres ascienden a 48,4%.  En dos años la pobreza aumentó en 33%.  En apenas dos años el gobierno actual, heredero del anterior, acabó con los avances que hizo posibles el sostenido boom petrolero.

¿Qué pasó? Hoy hay 3,5 millones de hogares en situación de pobreza.  1,7 millones de hogares se encuentran en pobreza extrema, sin poder cubrir los gastos más básicos de alimentación.  La información viene de la Encuesta sobre Condiciones de Vida (ENCOVI), desarrollada por tres de las principales universidades venezolanas: la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar.

Mientras una inflación brutal golpea a las familias venezolanas, llevando a más de Bs. 20 mil el costo de la canasta alimentaria y mientras la inflación es de más de 100% en alimentos y bebidas no alcohólicas en el último año, nos preguntamos: ¿Fue la superación de la pobreza un espejismo? ¿Se perdió lo que se había logrado? ¿Se trató de un ardid propagandístico?

En la sección Recomendados puede encontrar la presentación de la ENCOVI, realizada por el sociólogo e investigador de la UCAB, Luis Pedro España.  El documento detalla lo relativo a la dimensión y evolución de la pobreza desde 1997 hasta 2014, la evolución de la cobertura de las Misiones Sociales y  la politización de las Misiones, para ofrecer luego conclusiones y recomendaciones para la transformación.

En la columna El Faro, Benigno Alarcón presenta su artículo “La última elección”.  En él, el profesor Alarcón realiza un pertinente análisis de la próxima elección legislativa y plantea la interrogante sobre qué activa o desactiva la participación de las personas en los procesos electorales.  Se plantea, asimismo, si la abstención electoral se debe a apatía o resignación, o si más bien tiene que ver con una manera expresa de hacer constar la inconformidad ciudadana “con todo y con todos”.

Tras destacar una crisis generalizada del mundo político, el profesor Alarcón hace un llamado a no subestimar al elector y a sincerar el mensaje sobre la elección que se avecina, que es particularmente importante para la democracia venezolana.  La próxima elección, concluye, será crucial en determinar si se consolida la hegemonía del régimen o si le cierra el paso, ganando espacios para la democratización.

En Debate Ciudadano, Carlos Romero escribe “Nuevamente ¿Hacia dónde vamos?” y hace una importante reflexión a partir de un artículo titulado “¿Hacia dónde vamos?”, publicado en el diario La Esfera en 1936.  El título presenta una pregunta oportuna en una sociedad que apenas comenzaba a disfrutar de algunas libertades a las que no estaba acostumbrada tras 27 años de dictadura gomecista.  Llamaba aquel escrito a contener el saqueo y el incendiarismo y planteaba que era hora de construir y demostrar nuestra cualidad civilizada luego de tanta destrucción.

En 1936 se logró un acuerdo entre partidos para el funcionamiento del Congreso.  Este acuerdo, como denunció Raúl Leoni en El Heraldo, fue traicionado cuando el Poder Legislativo dictó leyes contrarias a las libertades más elementales, entre ellas la Ley de Orden Público.  70 años después, la Ley Habilitante otorgada al presidente Nicolás Maduro vuelve a hacer pertinente la pregunta: ¿Hacia dónde vamos?

Es necesaria la reflexión histórica, tomando en cuenta las referencias de los logros y las tribulaciones de la República de Venezuela, para aprender de ellos.  El artículo de Carlos Romero finaliza planteando que debemos asumir el tema electoral con altura, dejando atrás la cultura de vencedores y vencidos, la cultura de aniquilación del contrario.  70 años más tarde, ¿los venezolanos asumimos la dinámica democrática? ¿Cuáles son los aprendizajes que nos ha dejado la historia? En resumen, ¿Hacia dónde vamos?

En Otras Opiniones, Pedro González Caro hace una extraordinaria exposición en su artículo “El Estatuto de Roma y la República Bolivariana de Venezuela”.  Tras explicar que nuestro país es Estado parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional desde el año 2000, González se pasea por sus principales artículos, a propósito de algunos sucesos de actualidad, como el asesinato del niño Kluiverth Roa a manos de un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana en medio de una protesta, la Ley Habilitante Antiimperialista para la Paz, otorgada recientemente a Nicolás Maduro en respuesta a las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos a funcionarios del gobierno venezolano por violaciones a los derechos humanos, las declaraciones del embajador Roy Chaderton y los recientes ejercicios militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en preparación de un potencial conflicto bélico.  El artículo concluye recordando que los crímenes que son competencia de la Corte Penal Internacional no prescriben y que no será eximido de responsabilidad penal quien alegue cumplimiento de órdenes en la comisión de delitos de lesa humanidad.

También en Otras Opiniones, recibimos la primera colaboración del periodista Guillermo Ramos Flamerich.  En su artículo “Cuando la Patria es solo una excusa” Ramos emprende un excelente análisis de la coyuntura actual desde la comunicación política.  El autor destaca cómo el presidente Maduro ha querido comparar la situación actual con la que en 1902 le tocó atravesar a Venezuela tras el bloqueo de varias potencias internacionales.  En el proceso, el presidente se compara también en lo personal con Cipriano Castro.  Destaca el artículo la exaltación  del patriotismo frente a la merma de la popularidad.  Agudamente señala cómo las pintas con mensajes de “Gringo, respeta” que se ven a lo largo de nuestras calles no son un mensaje contra el gobierno yanqui, sino que más bien van contra todo aquel venezolano que refute la revolución.

El uso del lenguaje, la dinámica de buenos contra malos, de ellos contra nosotros, el uso de la identidad nacional y de la herencia cultural en la propaganda.  Todos son elementos comunicacionales que señala Ramos como estrategias del gobierno, no para mirar hacia adelante en la superación de lo que hoy nos atribula, sino como mecanismos para intentar recuperar el brillo de una revolución menguante.  Habla el artículo del “país rico”, ese que se vende en el discurso oficial, en la propaganda.  Sabemos que hoy no somos ese país, y concluye Ramos Flamerich con una frase lapidaria: “De nada sirve que el presidente Nicolás Maduro lea que “el sagrado suelo de la Patria ha sido profanado” si más de diez millones de venezolanos hoy viven en la pobreza”.

Hoy somos un país pobre.  No puede catalogarse de otra manera una nación en la que la mitad de su población vive en condiciones de pobreza.  La realidad es que tenemos un país muy parecido al de 1989, año del Caracazo, al de 1992, año de dos golpes de Estado y al de 2003, año de un duro golpe debido al paro petrolero.  Lo peor es que las consecuencias sociales de la recesión apenas comienzan a sentirse.

Hay exclusión, hay marginalidad, hay hambre, pese a la propaganda, al discurso, a los artilugios de la retórica.  También, pese a las Misiones.  La ENCOVI analiza el impacto de estos programas sociales y muestra que no han sido efectivos para luchar contra la pobreza. Hasta 49% de los beneficiarios de las misiones no son pobres y apenas 19% son pobres extremos.  En cinco años se ha reducido la cobertura de estos programas en casi 20%.

Venezuela entro nuevamente a un ciclo de aumento de la pobreza.  Pasó en 1989, tras los ajustes económicos, pasó en 1992, en medio de una inestabilidad política y social.  Y sucede hoy, en 2015, tras dieciséis años de revolución y a la cola de los mayores ingresos petroleros de nuestra historia.  Esta vuelta de la pobreza, el fin del espejismo petrolero, la consecuencia de la no previsión, de una política equivocada, nos encuentra sin la protección social debida para los sectores más vulnerables.

Frente a este panorama, nos toca, y le toca al gobierno, reconocer el problema y actuar en consecuencia.  Las políticas sociales son  positivas y alivian los problemas que agobian a la población en situación de pobreza.  Pero hace falta más que programas sociales para superar la pobreza.

“Trabajo es lo que hay que dar, y su valor al trabajo”, escribía Andrés Eloy Blanco.  Una economía fuerte, generación de empleos de calidad, servicios sólidos, inversión en educación, producción.  Esa es la ruta para recuperar la senda que nos permita romper el ciclo de una pobreza que asciende en medio de una crisis generalizada de aumento del costo de la vida, desabastecimiento y escasez.  Sólo así, con trabajo y producción, tendremos la oportunidad de superar, realmente y sin espejismos, el grave flagelo de la pobreza.

1 respuesta »

  1. guau. Excelente tu articulo. Digno hijo de tu padre, al cual conocí en mi juventud, lo respeto y admiro. NOTA.Dices en tu reportaje ABSTENCION.: APATIA O RESIGNACION HAY que agregar no creer en el CNE

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