¿En quién confiamos?
Daniel Fermín A. / 07 de mayo de 2015
La semana pasada, desde el Centro de Estudios Políticos, ofrecimos un abreboca de nuestro más reciente estudio de percepciones, cuyos resultados totales daremos a conocer en los próximos días. Quisimos adelantarnos en la presentación de una información que nos pareció relevante y pertinente en la coyuntura actual: el grado de confianza que siente la gente hacia los distintos actores políticos e institucionales. Del mismo modo, ubicamos los principales problemas de los venezolanos.
Empecemos por esto último. ¿Qué preocupa a los venezolanos? Sin mayores sorpresas, encontramos que la escasez, el alza de precios y los temas económicos, en general, concentran la atención de los ciudadanos. En segundo lugar, aunque no menos alarmante, acecha la grave inseguridad que se vive en las calles de nuestro país.
Ante este escenario, ¿En quién deposita la confianza la ciudadanía? Los estudiantes encabezan, con 83%, el grado de confianza de los venezolanos. Les siguen las universidades, con 82% y cierra el top 3 la empresa privada. Ante los retos importantísimos que supone una crisis como la actual, estos resultados presentan una oportunidad de cara a la construcción de un futuro distinto, del cambio que, como también aporta este estudio reciente, anhela la gente.
¿Qué va a pasar aquí? Nuestra sección de Opinión y Análisis abre con una exposición detallada del profesor Benigno Alarcón, que en su columna El Faro nos ofrece el artículo “¿Cómo jugará el gobierno en la próxima elección?”. El director del Centro de Estudios Políticos da cuenta de la ventaja electoral que las últimas encuestas vienen otorgando a la oposición, para seguidamente plantear tres posibles series de estrategias del gobierno frente a las próximas elecciones parlamentarias: estrategias para intentar ganar la elección, estrategias para postergar la elección y estrategias para reducir los costos de perder la elección. Recomendamos la lectura y difusión de este agudo análisis.
En nuestro Espacio Plural, Werner Corrales escribe desde lo más hondo un emotivo mensaje a los estudiantes universitarios venezolanos, especialmente a aquellos que se han vinculado a las luchas políticas de estos tiempos. En su artículo “Pero muchachos… ¿Qué hacen?”, Corrales habla de y a los jóvenes que se quedan, a los que no pueden, o no quieren, irse del país y apuestan a formar parte activa del cambio. Estos jóvenes “están viviendo el presente más duro y más pobre que le ha tocado transitar a cualquier universitario venezolano hoy vivo”, plantea. Aduce que la causa de estos jóvenes pareciera no ser comprendida en la misma medida que la de los jóvenes que deciden emigrar y, tras una contundente crítica a los actores políticos en relación al trato que les dan, culmina con un mensaje que conmueve: “un llamado de quien ya es viejo, a no exponerse más allá de lo que ustedes mismos juzguen necesario; y una invitación de quien fue joven: Venezuela es de ustedes, desplieguen sus alas y vayan a por ella, no se dejen domar por quienes ya tienen el corazón cansado”.
Nos contenta mucho recibir en esta edición el primer aporte del investigador Luis Lauriño en el Espacio Plural. Su artículo “Estado Total, trabajadores y empresarios” es un duro recordatorio de una guerra avisada. Lauriño ubica en el control obrero y la guerra dos elementos fundamentales de la política oficial hacia el sector productivo. Luego de exponer minuciosamente elementos teóricos y conceptuales, el artículo resalta la intención del gobierno actual de profundizar la “revolución”, asfixiando a los sectores productivos y muy lejos de una rectificación que, a estas alturas, luce imposible ante los elevados costos políticos, el fanatismo doctrinario e intereses particulares que se mueven en las esferas oficialistas.
Guillermo Ramos Flamerich estrena espacio fijo en PolítiKa UCAB con su columna Cable a Tierra. Esta semana escribe “La política, el contenido y los políticos” y aborda el desprestigio de la actividad política, en general, y de los políticos, en particular, así como su vinculación directa con la corrupción en el imaginario colectivo. Ramos Flamerich lanza críticas mordaces: “pareciera que lo que conocemos como “político” en nuestro país, es el representante de un único gremio: “los políticos””, y contrapone a esta imagen la de un político distinto, enfocado en el servicio público, un constructor de esperanza con ideales claros y conocimiento profundo de su tierra y sus problemas.
En Debate Ciudadano, Carlos Romero escribe “Democracia electoral y participación en democracia”. Romero hace suyos los planteamientos de Sartori sobre la democracia electoral y sus limitaciones, para exponer luego casos concretos en los que la participación ha enriquecido lo público en distintas latitudes. Romero aboga por la participación, una participación genuina que parta del ciudadano, como complemento de la representación y hace un llamado a la construcción de espacios para el ejercicio de ciudadanía.
En nuestra sección de Entrevistas, Gabriela López Escalante conversa con la internacionalista Elsa Cardozo. “Ya el gobierno venezolano no hace el ruido que hacía antes” lleva por nombre este trabajo en el que se abordan temas como la relación de Venezuela con Estados Unidos, la participación de nuestro país en la Cumbre de las Américas 2015, los cambios en la política entre Cuba y Estados Unidos y las implicaciones que tienen para Venezuela, la reclamación sobre el Esequibo y la imagen internacional que proyecta la Venezuela post-Chávez. Edgiannid Figueroa complementa la entrevista escrita con un impecable trabajo audiovisual, enfocado en el papel del gobierno venezolano frente a la Zona en Reclamación.
Finalmente, en nuestra sección Recomendados compartimos “Que no quede rastro…”, informe del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello sobre el ocultamiento de evidencia médica y legal en el marco de manifestaciones y detenciones entre febrero y julio de 2014. Difundir este documento es fundamental en la responsabilidad que tenemos todos los ciudadanos de denunciar los atropellos y las violaciones a los derechos humanos y a sensibilizar a la población en general sobre tan graves flagelos.
Volviendo al punto inicial, ¿En quién confiamos los venezolanos? No en el gobierno. Después de los primeros puestos, ocupados por estudiantes, universidades y empresarios, hay que pasar a la Iglesia Católica, las iglesias cristianas y los partidos de oposición para encontrar algo relacionado con el gobierno, en este caso la Fuerza Armada. El presidente de la República, el partido de gobierno y sus diputados están en el sótano de una lista que no hemos armado nosotros, sino que recoge de manera científica el grado de confianza de los venezolanos.
57,1% de la población le tiene ninguna confianza al presidente y 11,2% dice tenerle poca confianza. Estos números empeoran para el PSUV y los parlamentarios oficialistas. De modo que en medio de una supuesta “guerra económica” que, por ejemplo, la empresa privada supere, por mucho, al gobierno en la confianza de la gente es muy significativo. Es evidencia de una ciudadanía atenta, que sabe que el empresario es víctima, y no victimario, del modelo promovido desde el poder, que está clara de que los estudiantes son el futuro de una nación que necesita cada día más del concurso de personas formadas y dispuestas, que sabe que las universidades son un actor fundamental en la promoción del desarrollo nacional. Sobre todas las cosas, habla de un desprestigio del gobierno de turno, de su desgaste y el agotamiento de su modelo. La salida a la crisis pasará por la participación mancomunada de todos estos sectores y de otros más, que den respuesta al clamor del cambio y abran las puertas de un futuro mejor.
Categorías:Editorial