Editorial

Editorial N° 44: ¿Siervos con birra barata… o ciudadanos?

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¿Siervos con birra barata… o ciudadanos?

Gustavo L. Moreno V. / 21 de noviembre de 2014

Esta semana el Presidente aprobó vía habilitante una serie de leyes que nos afectan a todos… ¿usted opinó sobre ellas?, ¿le consultaron?… ¡pues no importa!, porque usted no es un ciudadano sino un siervo. Tan poco importante es nuestra opinión, que la institución por la que votamos para que diseñara las Leyes, es decir la Asamblea Nacional, evade su responsabilidad y le da el poder a una sola persona para que legisle como bien le parezca… ¡pura democracia participativa! Entre esas leyes están significativas modificaciones a los impuestos, es decir, tendremos que pagar más, por vivir peor… Pero además ni usted ni yo tenemos derecho a preguntar por los millones de dólares despilfarrados durante las vacas gordas petroleras de los últimos quinquenios, tampoco podremos protestar para que tengamos calles limpias, salud, educación, seguridad, justicia… ¡qué es eso, si los Siervos de la Gleba pagan, trabajan y callan! ¿Protestar? … impensable, eso es traición a la Patria… pero alégrese, porque las cervezas, bebida del pueblo, no pagará más impuesto, la educación sí, las fundaciones y ONG’s sí, pero … ¡las “birras” no!

Otra imagen editorialLos Siervos de la Gleba fueron una clase social de tiempos del Feudalismo, durante la Edad Media. Estaban entre los libertos y los esclavos, pertenecían a la tierra y gozaban de muy pocas libertades, que además debían pagar al señor feudal con el fruto de su trabajo. En ningún momento su pago les daba derechos a protestar, a lo sumo podían vivir en sus propias casas, tener algunos bienes; pero la última voluntad era la del Señor. Por el contrario, la idea de ciudadanía supone un sujeto que goza de una serie de derechos y deberes, que elige a sus gobernantes, que es libre, autónomo dentro de los límites que establecen las leyes. Un ciudadano es el que paga impuestos, pero sabe que dichos impuestos se deben convertir en mejores condiciones de vida: educación, salud, infraestructura, en fin, posibilidades de desarrollo personal y social. El Siervo de la Gleba jamás podría exigirle al señor cuentas sobre lo que le pagaba.

Así las cosas, la ciudadanía en tiempos de revolución bolivariana se entiende más como una pataleta de muchacho malcriado, inspirada en los mecanismos de dominación del imperio, que como una condición ineludible para la democracia; y esto porque la República se ha convertido en el feudo de quienes gobiernan, que debe eliminar al ciudadano y construir al siervo revolucionario.

Por otro lado, y mientras esto sucede, gran parte de los líderes de la oposición se embarcan en discusiones bizantinas, es decir inoperantes, que parecen más bien hacerle un favor al gobierno, sobre una supuesta constituyente que permita refundar la República, ¡…de las últimas refundaciones de la misma república refundada…! El ciudadano de a pie, es decir, usted, yo, y miles… miramos atónitos el panorama. Tal vez no hemos terminado de entender que basta ya de señores feudales y de discursos bizantinos, que o nos convertimos de una buena vez en ciudadanos y construimos una república, o seguiremos permitiendo que nos hagan (unos y otros) cada vez más siervos, y al país cada vez más un feudo.

En la columna semanal El Faro, Benigno Alarcón nos ofrece la segunda parte de su artículo Las tareas de la Oposición. En él continua precisando su posición sobre los caminos que debe asumir la Oposición para hacer frente a las relaciones de dominación que se han construido desde el gobierno, en este sentido Alarcón afirma que “si los líderes de oposición comprenden la importancia de generar las condiciones necesarias para una transición democrática y dinamizar las expresiones de rechazo al gobierno, es posible modificar las relaciones de dominación que permiten el control hegemónico del régimen”

Pero parece que los líderes de la oposición no logran comprender esta importancia y siguen embarcados en discusiones bizantinas, que pareciera que no llevan a más nada sino a perder tiempo. Algo de esto se pude concluir después de leer el artículo que esta semana nos ofrece Mercedes Martelo en su columna Perspectiva 3.0. Parlamentarias Vs. Constituyente o el camino del tiempo perdido, es una reflexión clara y contundente sobre la propuesta de Constituyente que impulsan algunos dirigentes de la oposición, y que según Martelo, suscribiendo la opinión de Eduardo Semtei: se nos va el tiempo, la vida, las fuerzas, los recursos…en una discusión tremendamente infantil. El descontento es de 75%. Vamos entonces a empujar todos la misma carreta y convertir el descontento en votos. Esa es la vía”

Mientras estas discusiones se plantean, y el tiempo se pierde, el país sigue caminando hacia la total destrucción institucional. Una de estas instituciones que sobreviven a las fuerzas de exterminio de las imposiciones oficiales es el Municipio. Carlos Romero, en su columna Debate Ciudadano, nos ofrece esta semana el artículo ¿Qué queda del Municipio?. Allí nos plantea la imagen del Municipio que se dibuja en la Declaración Final del XI Congreso Iberoamericano de Municipalistas, celebrado entre el 5 al 10 de octubre 2014 en la provincia de San Juan, Argentina; así como la manera como ha venido siendo sistemáticamente atacado y destruido desde el gobierno central. La pregunta es, para Romero, si finalmente sobrevivirá el Municipio.

Nuestro último artículo de Opinión y Análisis de esta semana es de Afredo Yánez, quien plante que tenemos que pasar de las promesas a los retos, y esto es un discurso político sustancialmente distinto. En su artículo “Se le terminó el tiempo a las promesas” Yánez plantea que “le llegó la hora al desafío de volver a confiar en que es posible tener país, ya no cifrado en la esperanza inerte, sino en la capacidad de asumir retos que se conviertan en futuro”

En el espacio sobre el Proyecto Integridad Electoral Venezuela, les ofrecemos el Dossier N°11, pero además los dos últimos boletines: en el Reporte Especial N°2 se presenta el panorama del Sistema Electoral Venezolano en materia de género, en el Reporte Especial N°3 se presenta el escenario del nombramiento de los nuevos Rectores del CNE. En esta misma línea los invitamos a ver la entrevista que el Ucabista le realizó a Benigno Alarcón, Director del Centro de Estudios Políticos, con motivo del Proyecto Integridad Electoral Venezuela. En Noticias PIEV, los invitamos a leer la entrevista que Eugenio Martínez hizo a Salvador Romero, Director del IIDH/CAPEL, quien nos visitó el 05 de noviembre con motivo del Foro Internacional sobre Integridad Electoral.

Finalmente Mercedes Martelo nos trae una invitación para leer el libro Cartas a un hijo, de Carlos Dorado, con prólogo de Nelson Bocaranda. Pueden ver la reseña en nuestra sección Recomendados.

Si algo nos exige los tiempos que vivimos es dejar de mirar mesías del lado del gobierno, o de la oposición; de esperar al Chapulín Colorado que nos defienda, o al militar fuerte que enderece este entuerto… El futuro se nos plantea como un reto y no como una promesa, usando las ideas de Alfredo Yánez en su artículo de esta semana. Ese reto o lo conquistamos, creando un gran movimiento ciudadano que sea capaz de restituir la democracia, o tristemente estaremos condenados a profundizar (a pasos de vencedores) en esta forma de pseudo-esclavitud a la que se pretende reducir nuestra vida en este país.

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