Opinión y análisis

Mitos y realidades sobre la Primaria

Tomada de Transparencia Venezuela

Benigno Alarcón Deza

En las últimas dos semanas, para beneplácito del gobierno y como para complicarle las cosas aún más a la Comisión Nacional de Primaria (CNP), el ambiente político se ha ido caldeando del lado de la oposición en un debate exacerbado entre quienes demandan que la Primaria sea organizada  con la participación del Consejo Nacional Electoral (CNE), por un lado, y quienes se niegan a que el organismo electoral meta sus manos en la elección del candidato presidencial con el que se pretende unificar a la oposición. Debate que hoy, incluso, amenaza con dividir a la misma comisión.

En medio de este debate, se han esgrimido argumentos válidos de lado y lado, pero también otros falaces que solo han contribuido a generar una gran confusión entre los electores que están pendientes del desarrollo de este proceso.

Hasta ahora, es posible decir que el cronograma propuesto por la CNP se ha venido cumpliendo. Ya se han publicado, aunque con muchos vacíos pendientes por resolver (incluido el de si la Primaria se organiza con o sin la participación del CNE), los reglamentos de Postulaciones; Propaganda; Testigos Electorales, Totalización, Impugnaciones y Nulidad; Voto en el Exterior; y Actos Electorales. Sin embargo, el tiempo sigue corriendo, mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE), jugando a imagen y semejanza del gobierno en la negociación, pareciera implementar una estrategia de dilatación que, de continuar así, podría terminar afectando el éxito de la Primaria e, incluso, su realización. En este sentido, en beneficio de nuestros lectores, trataremos de responder algunas preguntas, despejar algunos mitos, y separar algunas verdades de algunas mentiras sobre lo que está detrás del debate sobre si el Consejo Nacional Electoral debe o no participar en la organización de la Primaria.

  1. ¿Es imprescindible la cooperación del CNE para la organización de la Primaria? No. De hecho los reglamentos aprobados por la CNP consideran el escenario de una primaria organizada con la cooperación del CNE y el de una auto-gestionada, o sea, organizada sin la participación del CNE.
  2. ¿Tiene la CNP los recursos para organizar una Primaria sin la cooperación del CNE? Sí. Este es un asunto que está resuelto en buena medida, porque si bien la CNP no tiene los recursos necesarios en sus manos, están claramente definidos los mecanismos para su obtención. Aún así, es predecible que el gobierno intentará atacar la Primaria cuestionando el origen de los recursos y amenazando a los miembros de la Comisión, lo cual ha sido siempre un riesgo que estaban obligados a considerar antes de aceptar el cargo. Pero, también es importante decir que defender el derecho a elegir a nuestro representante en la elección presidencial es responsabilidad de todos, y no solo de la CNP. Si el gobierno percibe que los miembros de la Comisión están solos, es predecible que se intentará detener la celebración de la Primaria.
  3. ¿Si la Primaria la organiza el CNE, el proceso será gratuito para la oposición? No necesariamente. Muchos argumentan que una de las ventajas más importantes que tiene la cooperación del CNE con la Primaria está relacionada con los costos del proceso, considerando que en anteriores oportunidades el CNE no ha cargado sus costos a ningún partido de gobierno o de oposición. La realidad es que no hay ninguna disposición legal que garantice la gratuidad de los procesos organizados y ejecutados por el CNE, y en consonancia con lo planteado en el comunicado público en el que se niega la ampliación de los puntos de registro para nuevos votantes por falta de recursos, y la narrativa oficialista sobre las sanciones, es perfectamente predecible que el CNE reclame a la oposición la cobertura de los gastos de organización y ejecución, para lo cual será mucho más difícil contar con recursos, ya que quien está dispuesto a donarlos, difícilmente tenga la misma disposición para entregarlos al CNE, por razones que huelga explicar.
  4. ¿Tiene ventajas la participación del CNE? Si, y solo si, el CNE estuviese dispuesto a cooperar con la CNP para la realización de una Primaria exitosa. Sin lugar a dudas utilizar la infraestructura electoral del Estado para realizar una elección implica una ventaja muy importante porque el organismo electoral está dotado de los recursos y medios necesarios (sistema automatizado, bases de datos, sistemas de comunicación, personal capacitado, apoyo de los organismos de seguridad del Estado, centros de votación, etc.) para organizar una elección de manera eficiente.
  5. ¿Está el CNE cooperando con la Comisión Nacional de Primaria para lograr organizar una Primaria exitosamente? No. Evidencia de ello está en los tiempos que el CNE se ha tomado y la forma en que ha dado respuesta a los requerimientos que le ha planteado la Comisión. Por ejemplo, cuando la CNP planteó al CNE sus requerimientos, el organismo electoral se tomó mes y medio para responder y, cuando lo hizo,  respondió, no en una reunión privada como aquella en la que se discutieron los requerimientos y necesidades de la CNP, sino a través de un comunicado público en el que se negó toda posibilidad de cooperación bajo las condiciones solicitadas, lo que incluyó la imposición del uso de los captahuellas como parte del sistema integrado de votación, el uso de los cuadernos electorales, el escrutinio de la votación electrónica por parte del CNE como resultado incuestionable del proceso, al tiempo que se confirmó que no habría cooperación del CNE para el voto en el exterior y tampoco habría posibilidad de ampliar el proceso de registro electoral por falta de recursos económicos.
  6. ¿En caso de que haya un acuerdo entre el CNE y la CNP para la organización de la Primaria se garantiza su éxito? No, porque la principal limitación que existe para poder contar con la cooperación constructiva del CNE es su falta de independencia. El CNE, como todos sabemos, está dirigido por 5 rectores principales, de los cuales 3 de ellos responden de manera directa, y hasta ahora incondicional, a los intereses del gobierno. Toda decisión importante que se toma en el CNE, incluida su participación en la Primaria y las condiciones de su cooperación pasan previamente por la aprobación del Ejecutivo que, evidentemente, no puede permitirse el riesgo de que una primaria exitosa termine erigiéndose en el mecanismo de legitimación de un liderazgo unitario de la oposición que pueda derrotar a Maduro.
  7. ¿El uso del captahuella o la maquina de votación violaría el secreto del voto? No. No existe ninguna evidencia de violación del secreto del voto y, aunque cuando hablamos de tecnología nunca hay certeza absoluta, al día de hoy no hay ninguna evidencia de que el CNE o algún otro actor pueda conocer por quién votamos.
  8. ¿Las máquinas de votación alteran los resultados de una votación? No. Tampoco existe ninguna evidencia de que las máquinas de votación alteren los resultados.
  9. ¿Existe entonces algún problema en incluir las captahuellas en el proceso de Primaria? Sí. Al incluir el uso de las captahuellas el CNE, y por lo tanto el gobierno, sabrán quiénes votamos en una Primaria de la oposición, lo cual le permite saber quiénes se le oponen. La gente entiende este riesgo, que a algunos no les importa, pero hará inevitable que algunos electores, por miedo a represalias, decidan no participar en el proceso. Alrededor del miedo el oficialismo está en capacidad de manejar estrategias de comunicación que exacerben los temores, lo que podría traducirse en una importante reducción en el número de votantes, lo que compromete seriamente el éxito de la Primaria.
  10. Y en relación a la inclusión de las máquinas de votación en el proceso de Primaria, ¿algún problema? Sí. Asimismo, según un reciente estudio, para sorpresa de muchos, hay un nivel importante de rechazo a la máquina de votación, pese a que la evidencia no muestra casos de discrepancia entre el voto electrónico y los resultados de las auditorías ciudadanas, por lo que el problema es un un tema de percepciones que, no por ello, es menos importante en el ámbito de un proceso electoral. Tan importante que en la mayoría de los países, por razones de percepción y confianza en el voto, se han mantenido procesos de votación manual hasta hoy en día.
  11. Pero, ¿cuál es el problema si al final, en la elección presidencial, votaremos con máquinas y captahuellas, y bajo la rectoría de este CNE? Este es uno de esos argumentos falaces que algunos esgrimen para defender la participación del CNE, subestimando la inteligencia de la gente. Ciertamente, es muy probable que la próxima elección presidencial tenga lugar bajo la rectoría de este mismo CNE y se utilicen las máquinas y captahuellas, cuyo uso cuestionamos para la Primaria, pero una cosa es la elección del candidato de la oposición, que debe ser un proceso organizado y totalmente controlado por la oposición, cuyo éxito depende de la participación de la mayoría de los electores, con el objeto de dar legitimidad a la persona que elijamos, sin interferencia de las instituciones del Estado que están bajo control del gobierno de Maduro, y que están por lo tanto obligadas a impedir o debilitar este proceso, sin que haya ninguna razón para tener miedo de participar ni para cuestionar los resultados. Y otra muy distinta es confrontar a Maduro, al PSUV y a las instituciones bajo su control, incluido el CNE, en una elección en la que vamos todos unidos bajo  un liderazgo que hemos elegido en un proceso íntegro, organizado, ejecutado y supervisado por los ciudadanos y la CNP.
  12. ¿Puede garantizarse la preservación de la identidad de los electores mediante el uso de una clave compartida que impida que alguien pueda tener acceso a esa información? No. Aunque este argumento se ha venido utilizando en las últimas semanas para mitigar el temor hacia el uso del captahuella, nadie puede garantizar la inviolabilidad de estos mecanismos de seguridad. Como ejemplo, vale la pena recordar que tanto su computadora como su teléfono le solicitan con frecuencia la actualización de su sistema operativo. Una de las principales razones para estas actualizaciones es que la empresa responsable ha identificado que un tercero, ajeno a esa empresa responsable del funcionamiento de su equipo, ha logrado “hackear” la seguridad del sistema. Imaginemos por una momento la precariedad de la seguridad si quien diseña la tecnología de funcionamiento del sistema de seguridad de la máquina de votación o el captahuella es el mismo a quien le interesa extraer la información del sistema.
  13. ¿Sirve la Primaria para generar confianza en el voto y el CNE? No. La desconfianza de los opositores en el CNE y en el sistema electoral, es parte de la estrategia a la que el mismo gobierno ha apostado, y a la cual la oposición en muchas ocasiones ha contribuido. La desconfianza de la oposición en el CNE arranca en 2004, tras su derrota en el referendo revocatorio de ese año, y ha sido una constante desde entonces. La oposición intentó cultivar la confianza en el CNE y en el voto tras haber logrado la incorporación de dos rectores no oficialistas en 2021 (Enrique Marquéz y Roberto Picón), pero, según nuestros propios estudios, ello no tuvo mayor impacto en la generación de confianza hacia el CNE y, por el contrario, tras la situación planteada en la elección del gobernador de Barinas, la desconfianza en el ente electoral se exacerbó aún más.  Asimismo, la participación masiva que permitió el triunfo a la oposición en la elección parlamentaria de 2015 o en la de Barinas en 2022, nada tuvo que ver con una mejora en la confianza hacia el voto y el CNE, que por el contrario estaba en su peor momento tras los cuestionados resultados de la presidencial de 2013 y el fraude de Barinas en 2021. La gente vota en una Primaria, o en cualquier otra elección, no porque confía en el CNE, sino porque confía en que pese al CNE, se puede derrotar al oficialismo.
  14. Y si el CNE no participa, ¿dónde votaremos para elegir al candidato único de la oposición? Donde podamos hacerlo. Aunque la disposición de los centros de votación por parte de la oposición para realizar una elección primaria no debería depender del CNE, porque estamos hablando de locales que son públicos y por lo tanto de todos los venezolanos, esto se ha convertido en uno de los mayores obtáculos con que ha tropezado la CNP para organizar una primaria autogestionada que necesitaría habilitar, al menos, unos cinco mil lugares para votar. A todo evento, este es un obstáculo con el que ya se lidió en el pasado, durante las primarias para elegir candidatos a gobernadores y alcaldes en 2013 y en las consultas de 2017 y 2019, Y como no faltará quien alegue que la situación era distinta, o que algunos de esos procesos tuvieron deficiencias, habrá que recordar que ni los riesgos ni los niveles de violencia política son superiores hoy a los que había en 2013, 2017 y 2019, ni las deficiencias que alguno de estos procesos presentó tuvo algo que ver con los lugares donde la gente votó, sino con otros aspectos organizativos y con el comportamiento de activistas políticos de algunos partidos. Como muestra la experiencia, dónde votar es un tema que puede superarse apelando a la determinación de quienes estarán dispuestos a sacar este proceso adelante, calle a calle, comunidad a comunidad, parroquia a parroquia, municipio a municipio, estado a estado, y puede superarse solo con el apoyo decidido de la sociedad civil, para que esta elección primaria se convierta en un gran movimiento ciudadano por la democracia que se encuentre, sin miedo y con determinación, en las calles, plazas, escuelas, iglesias, centros comerciales, edificios, y cualquier otro lugar apto para que la gente ejerza su derecho.
  15. Si colocar tareas esenciales para la Primaria en manos del CNE implica un riesgo por su falta de autonomía e independencia del gobierno, ¿cómo se explica el debate entre quienes quieren y quienes no una primaria con participación del CNE? Principalmente, por razones de carácter  político. Si bien es cierto que algunos partidos preferirían confiar sus votos al escrutinio automatizado del CNE porque no tienen la maquinaría nacional para cuidar y defender sus votos, a estas razones se suman otras motivaciones menos legítimas como lo es la apuesta de que algún candidato o candidata con oportunidad, en el presente o en el futuro, por ejemplo María Corina Machado, renuncie a participar en la Primaria y eso la descarte como candidata unitaria en 2024. Para otros, conscientes de que la inclusión del CNE equivale a darle al gobierno participación en el proceso, la Primaria se convierte en una especie de mesa de negociación en la que se compite por ser el candidato al que el gobierno favorecerá por ser menos extremista y que, por su mejor relación, estaría dispuesto a tolerar en caso de perder la elección porque se puede negociar y no representa una amenaza en caso de que se materialice un cambio de gobierno, corriente ésta en la que se anotan aquellos candidatos aún habilitados o con la esperanza de ser habilitados, que tratan de cultivar una relación de reconocimiento con el gobierno. Con respecto a este tema el Contralor-jugando posición adelantada- señaló la semana pasada que el asunto de las inhabilitaciones no era negociable, cuando se sabe que este es uno de los puntos de la agenda de negociación en México. Finalmente, están los partidos que veían la Primaria como un mecanismo de legitimación de su propio candidato y no del candidato de otro, por lo que se busca presionar para que las reglas y procedimientos, como el voto en el exterior, la elección con o sin el CNE, las condiciones de postulación, se traduzca en una batalla comunicacional en la que muchos de los argumentos que se esgrimen tratan de ser políticamente correctos, aunque las verdaderas razones tienen que ver más con decisiones  estratégicas relacionadas con cálculos políticos y electorales.
  16. Si no hay Primaria, ¿existe algún otro mecanismo para que la oposición vaya a la próxima elección de 2024 con un candidato unitario? No. Actualmente no existe otro mecanismo alterno para escoger al candidato único que no sea la primaria; no parece que los factores políticos estén pensando en este momento en algo distinto, ni tampoco que la ciudadanía esté dispuesta a dejarse imponer una candidatura negociada entre cúpulas partidistas, por lo cual es casi imposible lograr la unificación del voto opositor por otra vía. La Primaria es la principal estrategia de la oposición contra la estrategia divisionista del gobierno, y la única que hoy luce con alguna probabilidad de éxito para tener un candidato unitario. Por tal razón la Primaria se hará con el CNE o autogestionada, aun con los riesgos operativos que una y otra alternativa presentan, y siempre con el riesgo de alguna posible intervención por parte del régimen que la impida.

En conclusión…

Pareciera haber menos riesgos y más razones para ir a una primaria autogestionada, considerando que la participación del CNE se traduce en la forma más eficiente de intervención del gobierno, la que le genera menos costos internos y externos, como por ejemplo un recrudecimiento de las sanciones por impedirla, y porque es la misma oposición la que abre las puertas a su intervención.

Pero más allá de asumirse el proceso como uno de los mejores aportes a la estrategia unitaria de la oposición, las posiciones de los candidatos parecen reflejar lo que ven como acciones que maximizan o minimizan sus posibilidades de triunfo. Es así como, por ejemplo, Henrique Capriles-a pesar de haber hecho un video reciente donde dice que el CNE le quitó la elección presidencial del 2013- demanda que la primaria se haga con el CNE, amenazando con reconsiderar su participación, que es una posición igual de polarizada que la de María Corina Machado, Andrés Velásquez, Delsa Solórzano y Cesar Pérez Vivas, quines han afirmado que no paritciparían si se impone el uso del captahuella y se delega en el CNE el control de los procesos y el escrutinio de los votos.

Lo que se observa, lamentablemente, es que algunas decisiones están más atadas a cálculos personales que a garantizar el éxito de la Primaria, que depende principalmente de los niveles de participación y aceptación del resultado de parte de todos los electores y demás candidatos. De fracasar la Primaria estaríamos ante el escenario más conveniente para Maduro, el de la división y fragmentación del voto opositor, el de todos contra todos, y eso, por supuesto, lo beneficiaría al extremo de permitirle ganar la elección de 2024, que lo consolidaría en el poder hasta 2030.

Está claro que el gobierno tiene un interés indiscutible en que la primaria no se haga; y si se hace, que salga mal. Por ello es que les resulta tan conveniente  que la primaria se haga con el CNE. Las posibilidades que tiene el régimen de Maduro de enturbiar el proceso son muchas: desde exigir a última hora un pago por organizar la elección, abrir los centros de votación donde no están los electores de oposición, o abrir más de los necesarios para luego asegurar que los lugares están vacíos y generar la percepción de que nadie está votando, hasta inundarnos de información tóxica que puede ir en contra de la primaria. Cosa que ya están haciendo a través de los canales de televisión y radio del Estado.

Si continúa aumentando la tendencia a participar, el gobierno tendrá todos los incentivos para impedir o sabotear en la Primaria. Por eso, la oposición tiene que hacer su trabajo para lograr movilización, entusiasmo, organización y participación. Si se pierde la batalla comunicacional, se pierde todo. Eso sería catastrófico. La Comisión Nacional de Primarias está al frente de una situación donde, como sucede en todo juego estratégico, algunas cosas dependen de su actuación, aunque otras no, pero la responsabilidad sobre el destino del proceso sigue estando en sus manos. Es predecible que si la CNP, pese a la desconfianza generalizada hacia el CNE, delega en éste componentes importantes de la organización de la primaria, pondrá en tela de juicio su propia credibilidad y las posibilidades de éxito de la única estrategia con la que el sector democrático cuenta hoy de cara a la elección presidencial.

De no tomarse las decisiones adecuadas, el proceso puede terminar en un rotundo fracaso que solo beneficiará al gobierno de Maduro. De la Comisión Nacional de Primaria se espera que sea transparente en cuanto a las opciones que se están manejando. El compromiso ante el país es histórico y no hay cabida para errores o posiciones débiles dentro de la misma Comisión, que fue nombrada para ser la rectora de un proceso de Primaria en el que se podría estar eligiendo, nada menos que al líder que tendrá la responsabilidad de constituir  un proceso de transición democrática en Venezuela.

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